A veces tenemos ojos de condenación, es decir, el ser humano tiende a concentrarse en los errores de los demás, fácilmente levanta el dedo para apuntar y etiquetar a otros.
Así pasa con uno mismo, es más fácil escribir en una hoja de papel nuestros defectos, pero se complica cuando nos piden que escribamos diez cualidades positivas de nosotros mismos.
¿Quiénes tienen ojos de condenación?
“Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores?” Marcos 2:16
En la Biblia podemos recordar que Jesús realizaba muchos milagros a aquellos que eran criticados por otros, ya sea por estar enfermos, sin trabajo, tristes, desamparados o por ser «pecadores» como los religiosos de ese tiempo los nombraban; puesto que tenían «ojos de condenación».
Pero Jesús hizo todo lo contrario, no se concentraba en el error o debilidad, sino que los miraba con esperanza, veía lo que otros no podían, lo que un día podrían llegar a ser. Por esta razón, muchos se acercaban a Cristo y los fariseos lo criticaban.
Jesús te mira diferente
“Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.” Juan 3:17
Jesús no te ve con ojos de condenación, sino de salvación. Es posible que estés luchando en este momento con tus debilidades, que hayas caído y te sientas miserable o avergonzado por la mirada de otros; pero, el Señor mira más allá, con esperanza y lo que puedes llegar a ser.
En esta oportunidad quiero animarte a acercarte a Dios. Es tiempo de dejar de pensar en las criticas o mirada de otros. Solo enfócate en Jesús y en lo que quiere para ti, porque con Cristo encontrarás ojos de esperanza. Y de igual forma, desea que mires a los que te rodean con amor.








