Existe mucha información falsa que circula como si fuera real y muchas veces eso puede traernos grandes dificultades, por eso saber a quién escuchar y dejar de guiarnos por las opiniones de los demás.

No era lo que decían

Cuentan que José II de Austria, se paseaba un día de incógnito por las calles de Viena, cuando vio a una joven muy triste. Se interesó por lo que le pasaba y le contó que su padre había sido oficial del Ejército pero que había muerto en el campo de batalla.

Tanto su madre como ellas habían luchado durante  muchos años para poder subsistir, pero ahora ya no tenían trabajo y sólo les esperaba la más rotunda miseria.

  • ¿Pero por qué, interrumpió el desconocido, no os habéis dirigido al Emperador?
  • – ¡Ah, señor, respondió la joven. Hemos oído decir que es muy avaro y sería inútil.
  • Pobre niña, dijo el desconocido dándole una sortija y algunas monedas de oro; yo conozco muy bien al emperador; venid pues al palacio con vuestra madre, en dos días, mostrad esta sortija; me hallareis fácilmente y haré todo lo que pueda por vosotras.

La madre y la niña se presentaron el día fijado al palacio mostrando la sortija que las condujo inmediatamente delante del emperador. La niña quedó estupefacta cuando descubrió a su bienhechor que era el mismo Emperador.

  • No temáis – dijo éste- he ordenado que se os conceda una pensión y, agregó, espero que otra vez no vacilareis en venir a mí.

La gente había dado un informe falso acerca del carácter del rey, él no era lo que decían.

Podrías perder una gran bendición por no escuchar a la persona correcta

Al igual que en la historia, existe mucha gente que ha escuchado un informe falso acerca del carácter de Dios, si bien Él es justo y recompensa a cada uno según sus obras, también es un Dios de  amor y misericordia.

El Señor tiene muchas promesas para nuestras vidas, pero depende de nosotros el creerlas y apropiarnos de ellas.

Y tu, ¿a quién escuchas?, ¿a quién le crees? Deja de guiarte por las opiniones de los demás y comienza a creerle a Dios.

Acércate con confianza

No importa lo que te hayan dicho de Dios, tu debes conocerlo de forma personal en oración, leyendo su Palabra, no por lo que opinen los demás.

Él no es un Dios distante y tampoco disfruta del sufrimiento de sus hijos. Puedes acercarte confiadamente y encontrarás gracia y misericordia.

Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos.
Hebreos 4:16 (NTV)

Es tiempo de que te acerques a Dios, no luches más por tu cuenta, deja de lado las opiniones de los demás, búscalo y pídele ayuda, Él está presto a ayudarte.