Muchas veces sentimos bastante cansancio y estrés porque nos empeñamos en llevar la carga solos. Sin embargo, no tiene que ser así, porque Jesús llama a los que están cargados a ir a Él para alivianar el peso de su carga.

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Mateo 11:28 

Para continuar el camino necesitamos alivianar el peso de las preocupaciones y pesares, confiando que Dios tiene cuidado de cada detalle y que su ayuda es mucho más importante, porque nos acerca a su voluntad.

DEJA A DIOS LA CARGA 

No se trata de dejar de lado lo que nos preocupa o quitarnos la responsabilidad de lo que tenemos que enfrentar, sino es entregarle a Dios la carga y dejar que Él nos guíe en cómo sobrellevarla, con la fe que su voluntad es mucho mejor que nuestro propio saber.

Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; Mateo 11:29 

El objetivo de dejar a Dios las cargas es aprender, no solo el recibir, y la gran recompensa es hallar el descanso para nuestras almas angustiadas.

¿Qué te tiene preocupado y cansado? Entrégale a Dios todo peso que llevas y ten un corazón dispuesto a aprender lo que te quiere enseñar.