Naturalmente la tribulación no produce paciencia, porque cuando uno se encuentra en cualquier situación complicada lo último que tiene es paciencia. Cuando enfermamos queremos sanarnos pronto, cuando se pierde a un ser querido y hay mucho dolor constante queremos paz y consuelo, ante el desempleo o escases queremos una pronta provisión.
“Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia;” Romanos 5:3
Cuando el Apóstol Pablo dice que la tribulación produce paciencia, es porque la diferencia sobrenatural de enfrentar tribulaciones es el Espíritu Santo en nuestra vida. Así sí, cualquier aflicción produce en nosotros la paciencia.
“y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.” Romanos 5:5
El Espíritu Santo es la representación del amor de Dios. Él nos fue dado para ayudarnos, enseñarnos, alentarnos, guiarnos y en esos momentos difíciles, Su amor nos acompaña.
TEN ESPERANZA EN LA TRIBULACIÓN
No te des por vencido, puesto que las aflicciones nos debilitan, el Espíritu Santo nos fortalece. El amor de Dios y su cuidado no cesarán por más grande que sea la tribulación que atravieses. Él ha prometido estar contigo y lo cumplirá.
La tribulación produce paciencia cuando no nos rendimos y nos aferramos a Dios, Él sabe cuánto podemos soportar, y siempre tiene un propósito que cumplir en cualquier circunstancia.
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Romanos 8:28