Debemos mostrar la verdad por medio de las acciones. Hay un dicho que dice: «del dicho al hecho hay un gran trecho». También hemos escuchado decir que una acción vale más que mil palabras. Entonces, teniendo eso en cuenta, recordemos quiénes somos, lo que predicamos, y vivamos de acuerdo con ello. No hay nada que revele más acerca de nuestras creencias y nuestras prioridades que nuestro comportamiento.

Las palabras se van, pero las acciones quedan

Las palabras se las puede llevar el viento, pero nuestro comportamiento es observado y no es olvidado. Por ello debemos ser cuidadosos de que nuestro hacer esté conectado con nuestro decir o con lo que predicamos. Si somos inconsistentes podemos perder credibilidad y hacer que surjan dudas en otros. Necesitamos mostrar la verdad por medio de las acciones. Es una gran responsabilidad haber decidido ser llamados hijos de Dios. Ser llamados cristianos.

El mandamiento más importante es amar. Y amar es servir a otros, mostrar verdadero interés por el bien de otros. Y podemos decir que el amor también es proceder de modo que nos beneficie, que nos nutra y nos haga sentir bien. Porque hacer el bien a otros hace justo eso.

Tratar de ser cada vez más parecidos a Jesús nos da esa perspectiva. Es la manera de mostrar la verdad por medio de las acciones.

“Queridos hijos, que nuestro amor no quede solo en palabras; mostremos la verdad por medio de nuestras acciones.”
1 Juan 3:18 (RVR 1960)

Fe en acción

Amar, por tanto, es poner nuestra fe en acción. Nada dice más sobre lo que creemos, lo que amamos y lo que valoramos que lo que hacemos. Mostramos la verdad por medio de las acciones. En ese versículo, Juan nos anima a ser consistentes y con la verdad por delante, mostrando esa verdad por medio de nuestras acciones, pues es la verdadera manera de mostrar el amor de Jesús a otros.