Los grandes logros son el resultado de pequeños y constantes pasos. Aunque en ocasiones quisiéramos que todo ocurra de forma instantánea, debemos tener paciencia y perseverar.

“porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa”. Hebreos 10:36

Para cualquier cosa que queramos obtener o alcanzar, hay que dar pasos de fe y de obediencia a Dios para que así se cumpla el anhelo que tenemos en el corazón.

Debemos también cuidarnos de saltar o ignorar los escalones que son necesarios e importantes para nuestra vida, puesto que todo paso que demos tiene un objetivo.

El éxito, muchas veces, es anhelado de forma incorrecta y uno quiere tener todo lo que ha soñado en un instante; pero de esa forma nada se alcanza. Incluso los que quieren obtener algo de forma instantánea caen en la trampa de pretender alcanzarla de manera deshonesta.

OBJETIVOS CLAROS Y GRANDES LOGROS 

No importa el tamaño de tus objetivos o tus sueños, lo importante es que Dios los respalde y los obtengas de forma apropiada.

“Encomienda a Jehová tus obras, Y tus pensamientos serán afirmados.” Proverbios 16:3

Así, con el respaldo de Dios, debemos dar pequeños y constantes pasos para tener grandes logros.

“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, 14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” Filipenses 3:13-14

El objetivo nos ayuda a mantenernos constantes, pues el anhelo es como una semilla que debe pasar por un proceso para que se convierta una planta y dé fruto; toma tiempo y cuidado.

Dios te ayudará en todo este proceso, no te rindas, pues lograrás lo que Él puso en tu corazón.