¿Eres competitivo? No está mal querer ser mejor y superarse, pero debemos procurar poner el amor sobre la rivalidad.

Dos barberos

Cuentan que había dos barberías en un pueblo pequeño.

El propietario de una era italiano, el de la otra era ruso.

Una semana hubo un aumento enorme en la clientela  de  Tony Sachetti, quien se enteró que su competidor, el barbero ruso, estaba enfermo.

Tony trabajó hasta muy tarde aquella noche de sábado. El domingo por la mañana se puso el mejor traje que tenía. Tomó todo el dinero que había hecho en exceso del que ganaba de forma regular cada semana y se lo entregó a su competidor.

– Ahí tienes algo, Ivan – Le dijo el italiano al dejarle los billetes y las monedas sobre la cama – ¡Recupérate pronto!

Y con una sonrisa y un apretón de manos Tony se fue.

¿Qué está primero para ti, el amor o la rivalidad?

Para la mayoría de nosotros, el tiempo que vivimos ha sido duro, de una u otra manera todos nos hemos visto afectados por la pandemia.

Muchos negocios han quebrado, mucha gente ha perdido sus empleos, otros intentan recuperarse de la pérdida de un ser querido o quizás siguen luchando contra la enfermedad.

Sean o no competencia para tu negocio, ¿Qué has hecho frente a la necesidad de las personas?

Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿Cómo mora el amor de Dios en él?
1 Juan 3:17 (RVR1960)

Amar con acciones

En tiempos difíciles no basta con decir que amamos a nuestro prójimo, sino que debemos demostrarlo con acciones.

No es fácil ayudar a nuestros enemigos, pero el Señor nos manda a amarlos, bendecirlos y orar por ellos.

Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿Qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?
Mateo 5:44- 46 (RVR 1960)

Por eso ama sobre cualquier rivalidad, no importa si la otra persona reconoce tus acciones o no, Dios es testigo y, además de hacer su voluntad, Él recompensará cada  cosa que hagas de corazón.