Dios nos ha pedido que lo sigamos y nos ha prometido estar siempre ahí para nosotros. Necesitamos convencernos verdaderamente del amor de Dios, y cuando lo logramos, experimentamos esa paz que sobrepasa el entendimiento de muchos.
Aferrarnos a las promesas de Dios siempre será necesario porque en la vida pasaremos por momentos de angustia. Esta vida nos llueve altos y bajos y en estos últimos tendremos temores, ansiedad y nos sentiremos desanimados. Pero, enfoquémonos en Dios y en Sus promesas.
El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes». Deuteronomio 31:8
Si hay algo que se repite en la Biblia, es «no temas». Y no debemos tener temor porque Dios es omnipresente, puede estar en todas partes. Además, Dios nos ama infinitamente, y Sus planes son de bien para todos los que le amamos. Entonces, no debemos temer.
Una vez más te digo, que cuando sientas que el problema o los problemas te están ahogando, deja de enfocarte en el tamaño del problema. Enfócate en Dios y en Su inigualable poder, no existe nada en este mundo que sea más fuerte que Dios.
Porque Jehová es Dios grande, y Rey grande sobre todos los dioses. Porque en Su mano están las profundidades de la tierra, y las alturas de los montes son Suyas. Suyo también el mar, pues él lo hizo; y Sus manos formaron la tierra seca. Salmos 95:3-5
DEBEMOS SEGUIRLO Y PONERNOS EN SUS MANOS
No olvides nunca que Dios creó el Universo y las estrellas. Creó todo y te creó a ti. Tiene un plan especial para ti y no cesará de protegerte y guiarte si tú te dejas, hasta cumplir lo que Él quiere de ti. Ponte siempre en Sus manos y pide en tus oraciones que sea Su voluntad.
La voluntad de Dios siempre será mejor que la nuestra porque Él conoce todas nuestras virtudes y debilidades. Sabe lo que es mejor para nosotros. Conoce el pasado, el presente y el futuro. Dios es inigualable y lo más asombroso, es que nos ama como nadie nos amará.
A Dios le gusta complacernos, pero no nos otorgará algo que sabe que nos puede perjudicar. Y si le insistimos con algo o lo buscamos por nuestros propios medios, va a dejar que vivamos las consecuencias. Él quiere que aprendamos. Y hay lecciones que debemos aprender.
Sigamos entonces a Dios fielmente, con constancia y perseverancia. No nos dejemos desanimar y busquemos cada día estar más cerca de Él. Pongamos a Dios y el tiempo para Él como prioridad y dejemos las excusas. Solo tienes que seguirlo.